Una cosa que tenemos que tener en cuenta cuando viajemos a España son sus frases. Son frases que no tienen nada que ver con el significado literal. Son utilizadas en todos los contextos. Durante nuestro viaje a España he descubierto muchísimas frases que jamás hubiera utilizado. Estas frases son:
·A cada cerdo le llega su sanmartín: No hay persona a la que no le llegue el momento de padecimiento. El origen de este proverbio tiene relación con la fecha del 11 de noviembre, día en que se celebra la festividad de San Martín de Tours, taumaturgo y milagrero francés, elegido por sorteo patrono de la ciudad de Buenos Aires. Ese día, con motivo de la celebración, la tradición indicaba que se comiera cerdo. Otra versión, afirma que «sanmartín» era el nombre dado a cierto cuchillo que se usaba para trocear a los cerdos.
Esta frase nos la dijeron el día en que se culminaba mi día en el viña rock. Afirmando que todo se acababa.
·Armarse el tole tole: Expresión utilizada para indicar que un conflicto alcanza un importante grado de confusión, sobre todo cuando se trata de alboroto popular. El origen del dicho sería el desorden provocado por los judíos ante Poncio Pilatos, pidiéndole que crucificara a Jesús, gritando "¡Tolle, tolle, crucifige eum!" ("¡Quítalo, quítalo, crucifícalo"!).
Nos encantó esa frase cuando se la oí a un chico que estaba en medio de una pelea y no se entendía nada de nada. Mala suerte la de aquel chico que al final se llevo todos los tortazos.
·Aunque la mona se vista de seda, mona se queda: Habla de la condición natural de las personas que, por más que traten de disfrazar su actitud, no logran despojarse de sus características. Una frase que al principio no entendimos. No podíamos comprender que una mona se vista y además de seda. Así que después de un rato y de largas explicaciones la entendimos.
·Que si quieres arroz catalina: Cuando no le hacen caso de ninguna de las maneras a algo que ha dicho o hecho. Pues este extraño dicho parece tener su origen en una señora llamada Catalina que vivía en los tiempos de Juan II de Castilla (o lo que es lo mismo, por el Siglo XV) y que por lo visto, además de consumir grandes cantidades de arroz, lo recomendaba a todo el mundo como remedio a cualquier mal. En su lecho de muerte, los vecinos se reunieron en torno a ella y recitaron a coro: “¿quieres arroz Catalina?” y otra vez “¿quieres arroz Catalina?” y al ver que ésta no respondía (la pobre estaba tan débil que no era capaz de articular palabra) le dijeron todos a coro: “¡que si quieres arroz, Catalina!”. Y ella, moribunda, tampoco fue capaz de contestar, pareciendo que hacía oídos sordos a lo que le decían. Desde entonces, esta frase se dice cuando alguien no hace caso a lo que dicen.
Madre mía lo costoso que fue aquella frase. Nos tuvo toda una mañana buscando en el diccionario palabra por palabra y al final no conseguí identificar su significado. Nos la dijo una señora que intentaba decirnos cuanto era el precio de unos zapatos, pero nosotros estábamos en otro sitio y no nos enterábamos hasta que la señora nos dijo: ¡que si quieres arroz catalina!
·Vamos al grano: Locución que favorece el tratamiento de lo más sustancioso de un tema, omitiendo lo superfluo, en comparación con la parte más importante de la planta: el grano.
QUE RECUERDOS…. Como nos explicábamos poco y mal en español todo el mundo nos decía veis al grano y os entenderemos. Quien nos iba a decir que ahora el español lo entendemos mejor que nuestro propio idioma.
·Venir al pelo: Ser algo muy oportuno, llegar a su debido tiempo. La comparación se hace en base a la facilidad con la que se puede peinar las pieles de los animales en el sentido en que se inclinan sus pelos, y no a "contrapelo.
Toda la gente nos encontraba por la calle durante nuestro viaje y oían que hablábamos en inglés utilizaban esta frase para que les tradujera alguna canción que estaban escuchando. Nos pasábamos todo el día traduciendo…. puff
·Venir como anillo al dedo: Caer justo, apropiado. Se aplica cuando sucede algo en el momento en que más se lo necesitaba.
·Vive y deja vivir: Proverbio que invita a ocuparse de los propios asuntos sin atender los de los demás y dejar que los otros lo hagan sin molestarlos.
Esta frase la deberíamos de aplicar todos a lo largo de nuestra vida. Es la primera frase que aprendimos el primer día que salí de fiesta
·Vivito y coleando: Estar bien, vivo, sin daños. Se aplica especialmente cuando se quiere desmentir la muerte o enfermedad grave de alguien que se encuentra sano.
·Vísteme despacio que tengo prisa: Seguramente, no debe de haber otro dicho popular tan cuestionado respecto de su origen, como este. En realidad, se trata de una sencilla frase, pero ha sido adjudicada a tantos protagonistas de la Historia que nadie sabe ciertamente quién tiene los "derechos de autor". Desde Carlos III a Fernando VII, pasando por Napoleón Bonaparte, todos alguna vez parecen haber pronunciado esta frase que, por otra parte, no demuestra ser ninguna genialidad y es un hecho que muchos de los protagonistas de importantes hechos históricos pudieron haberla utilizado en algún momento de su vida. No obstante, una creíble versión sostiene que fue el emperador Augusto (y por cronología, precede obviamente a los demás) quien solía exhortar a sus servidores diciéndoles "Apresúrate lentamente". Con el tiempo, la expresión habría sufrido variantes, pero manteniendo siempre la vigencia con la que llegó a nuestros días y a través de la cual se aconseja a otra persona a que actúe con calma y tranquilidad en el momento más delicado de una situación, debido a que cuando se procede apresuradamente, lejos de abreviar problemas, esa premura suele entorpecer y malograr los mejores propósitos.
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